Reportes sobre el COVID-19 en América Latina y el Caribe: No. 21 (In English)

El 15 de noviembre de 2019, a unos días de cumplirse un mes del estallido social, un grupo de partidos políticos suscribieron un “Acuerdo por la paz” (Acuerdo por la Paz y una nueva constitución). El acuerdo se traduce en la declaración a través de un documento elaborado y consensuado tras largas horas de discusión y negociación. Es el origen a la presentación de una propuesta para la realización de un plebiscito (Ley 21200) a través de la elección de dos opciones: si los chilenos están a favor o en contra de cambiar la nueva Constitución. De ser favorable el voto de mayoría, se establecería el mecanismo mediante el cual se realizaría el cambio a la Constitución. A partir de este acuerdo se planifica una hoja de ruta para llevar a cabo el proceso, el cual tiene como fecha del plebiscito nacional el 26 de abril de 2020. Debido a la situación de pandemia, la fecha del plebiscito fue modificada y queda definitivamente para el 25 de octubre de 2020 (Ley 21221). En el acuerdo se establecen doce puntos, de los cuales se destacan principalmente:
“1. Los partidos que suscriben este acuerdo vienen a garantizar su compromiso con el restablecimiento de la paz y el orden público en Chile y el total respeto de los derechos humanos y la institucionalidad democrática vigente.
2. Se impulsará un Plebiscito en el mes de abril de 2020 que resuelva dos preguntas:
a) ¿Quiere usted una nueva Constitución? Apruebo o Rechazo
b) ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?
Convención Mixta Constitucional o Convención Constitucional.
3. La Convención Mixta Constitucional será integrada en partes iguales por miembros electos para el efecto, y parlamentarios y parlamentarias en ejercicio.
4. En el caso de la Convención Constitucional sus integrantes serán electos íntegramente para este efecto. La elección de los miembros de ambas instancias se realizará en el mes de octubre de 2020 conjuntamente con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal con el mismo sistema electoral que rige en las elecciones de Diputados en la proporción correspondiente.”
La ruta al plebiscito

La hoja de ruta para llegar al plebiscito 2020 se vio trastocada profundamente con el inicio de la pandemia. El proceso debió ajustar sus fechas y no estuvo exenta de especulaciones sobre si existían las condiciones para asegurar una participación ciudadana masiva sin riesgo, o minimizando el contagio. A pesar de las tantas preguntas sin respuestas y las incertidumbres, se llevó a cabo este acto democrático de elección popular con los siguientes hitos a señalar. El 28 de mayo se publica la nómina de los espacios para efectuar propaganda electoral. Campañas y propagandas electorales comienzan en la radio y prensa el 26 de agosto y luego el 25 de septiembre comienza la franja de propaganda televisiva. Se publican las características de las cédulas electorales el 1 de octubre. Finaliza toda la propaganda electoral el 22 de octubre. El plebiscito constituyente se lleva a cabo el 25 de octubre.
COVID 19 y participación ciudadana en el plebiscito
El rol de la pandemia en los resultados del plebiscito fue un tema popular de discusión y de mayor atención antes y durante el proceso electoral. Lo primero a considerar es el porcentaje de asistencia a la votación en relación al momento crucial del desarrollo de la pandemia en Chile, así como en el resto del mundo. Se especuló bastante frente a esta variable que no tenía antecedentes con lo que comparar y augurar el impacto que podría significar en la decisión de los chilenos de asistir a votar.

Derribando todos los augurios, el plebiscito de octubre de 2020 realizado en Chile fue unos de los más concurridos en la historia desde el inicio del voto voluntario. Esto demuestra de forma clara y tajante que los chilenos estaban claros de la importancia y significado de este acto ciudadano. Enfrentado con ello un sin fin de temores, desconfianzas y prejuicios que trae consigo esta pandemia, los chilenos hicieron uso de su derecho democrático de manifestar su voluntad a través de las urnas. Fue un proceso transparente y ordenado, que no estuvo carente de situaciones “curiosas” y desafortunadas en donde la creatividad y exageración de reacción no estuvieron ausentes en la desmedida respuesta en algunos casos del uso de la fuerza policial.
Así fue como el 25 de octubre, los chilenos nos dieron una lección de civilidad y de legitimidad sobre la decisiones que involucran la construcción colectiva de la carta fundamental que traza los pasos a seguir.
Epílogo: Cómo votaron los chilenos (Servel, 2020)


